Esta es la ponencia que presentó nuestra directora ejecutiva, Raquel Vázquez Varela, como representante del sector teatral en la Vista Pública del Comité de Arte y Cultura del “Task Force” Social, llevada a cabo el 10 de julio de 2020 de forma virtual.
Con representación del teatro, la danza, el cine, la música, las artes visuales, la literatura, los museos, el patrimonio edificado y las artes populares, esta Vista Pública fue ampliar el diálogo sobre las necesidades y retos que confronta el sector cultural, y para compartir propuestas concretas que los diferentes gremios artísticos han concebido.
Vista Pública: Experiencias y propuestas del Comité del Comité de Arte y Cultura “Estado de situación del sector teatral y medidas para minimizar el impacto de la crisis sanitaria“
por: Raquel Vázquez Varela
Agradezco a Marianne Ramírez y el Comité de Arte y Cultura del Task Force Social del Pueblo por la oportunidad de compartir experiencias y propuestas desde el sector teatral. Actualmente trabajo con múltiples iniciativas relacionadas a este sector, incluyendo un proyecto de Teatro Público que hemos titulado “Vivir del teatro”, el cual pretende identificar las necesidades que enfrentan las personas que trabajan en este sector. Además, soy parte del equipo de trabajo de la Asociación ACirc, lo que me ha permitido ver de cerca la importante labor que realizan y que sirve como modelo de gestión de artes escénicas.
Múltiples maneras de hacer teatro
Antes de adentrarme en los aspectos que tienen que ver con los efectos de la crisis sanitaria en el sector, quisiera brindar un panorama general de las múltiples maneras en que se desarrollan proyectos teatrales en la Isla. Este sector es uno heterogéneo, con variedad de acercamientos, tanto en las concepciones creativas como de gestión.
En la producción teatral se pueden encontrar iniciativas de organizaciones con fines de lucro y productores independientes, así como organizaciones sin fines de lucro y colectivos que adoptan modelos cooperativos. Estos proyectos son en su mayoría financiados con el auspicio de empresa privada y dependencias públicas, venta de boletos, donativos y fundaciones. La venta de boletos representa un reto para aquellas organizaciones cuyo contenido no se suscribe a las dinámicas de mercado. Colectivos y organizaciones de esta naturaleza, realizan una labor titánica para la consecución de auspicios, alianzas y subvenciones, que les permitan asumir los costos de producción, sin depender de lo que se genere en la entrada. Además de diversificar la oferta para la venta de servicios paralelos como talleres y presentaciones dirigidas a espectáculos públicos o empresa privada.
No es poco común que las principales salas del país tengan una oferta en su mayoría de corte comercial, siendo otras propuestas teatrales artísticas relegadas a salas más reducidas, experimentales, centros culturales, espacios no teatrales, la calle o lugares al aire libre. Los altos costos de producción hacen que los colectivos con propuestas diversas tanto clásicas, contemporáneas o experimentales, busquen espacios alternativos para minimizar el riesgo de retorno de inversión. Existe una gran necesidad de creación y diversificación de públicos. Según el informe de CODECU (2015), se estima que solo un 23% de la población participa de ir a ver teatro. Con la emigración, la crisis económica, el Huracán María y demás incidencias ambientales y socioeconómicas, pudiera argumentar que este porciento puede ser menor.
Es importante mencionar que, independientemente del tipo de proyecto teatral, la usanza en Puerto Rico es que los artistas y personal de producción cobren al finalizar las presentaciones; invirtiendo meses de preparación sin recibir compensación, hasta ese momento. Esto mantiene a este gremio en una constante deriva financiera, provocando que muchos tengan que hacer malabares con múltiples proyectos de manera simultánea, o mantener otros trabajos fuera de lo que es el teatro.
Espacios de representación
La mayoría de las salas de teatro en el país son manejadas por alguna dependencia del Gobierno, ya sea estatal o municipal. Esto representa un gran reto para la sostenibilidad de estos espacios. La quiebra e imposición de la Junta Fiscal interviene en la asignación de fondos para estas instituciones. Los vaivenes políticos hacen que el manejo de estos espacios quede a la merced de la política pública imperante. No pocas veces los teatros son administrados por personas ajenas al sector, lo cual redunda en una pobre oferta cultural, o incluso en el mal manejo de equipo e infraestructura, provocando espacios cerrados y en deterioro.
Sobre este punto quisiera exaltar y agradecer a los administradores de espacios gubernamentales que son la excepción a esta regla y que hacen malabares con el poco presupuesto disponible, para mantener una oferta cultural diversa. Pongo de ejemplo los teatros Francisco Arriví y Victoria Espinosa, Teatro Arcelay, Centro de Bellas Artes de Caguas y Teatro La Perla. Existen muchas organizaciones e individuos que, desde el ámbito privado, han asumido la administración o desarrollo de espacios teatrales con mucho esmero y dedicación, y coloco al Teatro Braulio Castillo como ejemplo de desarrollo de temporadas muy activas de teatro.
El panorama de las salas de teatro del país ha influido en la proliferación de espacios alternativos para la presentación de proyectos teatrales, como centros culturales o café teatros. También, en la ocupación de los espacios públicos para la representación. Es indispensable que se faciliten los procesos para que organizaciones de teatro puedan dar vida a espacios en desuso (incluyendo salas de teatro), en especial en centros de cascos urbanos. Esto minimizaría los riesgos asociados a mantener edificios abandonados en las comunidades como las actividades ilícitas e impacto ambiental, además los múltiples efectos positivos como la integración social y activación económica.
Un ejemplo exitoso lo es el centro cultural El Bastión en Viejo San Juan, bajo la administración de la Asociación ACirc. Además de restaurar un espacio abandonado por 10 años, esta organización ha utilizado los espacios públicos alrededor de la Isla como lugar de creación y representación. Ocupar la ciudad genera un sentido de pertenencia, lo que redunda en mayor participación ciudadana.
El impacto del COVID-19
El sector teatral tiene características que lo distancian de otros sectores de la economía. Un gran número de sus participantes trabaja por cuenta propia. Según el informe del Perfil de las ocupaciones artísticas en Puerto Rico, publicado por Inversión Cultural, el 45.1% de los artistas trabaja por cuenta propia, en comparación con el 12% en el resto del mercado laboral. Esto representa un reto ante el cese de operaciones de los espacios de representación en el país, debido a que no se cuenta con una protección del ingreso u otros beneficios marginales como pagos por desempleo, plan médico, vacaciones, días por enfermedad, entre otros. Los profesionales de este sector dependen de sus respectivos proyectos artísticos para subsistir.
Dentro de las profesiones vinculadas a la producción de proyectos teatrales, se encuentran: músicos, bailarines, coreógrafos, actores, directores, diseñadores - de vestuario, luces, maquillaje, peinado y sonido-, personal técnico (tramoyistas, técnicos de iluminación, técnicos de sonido, realizadores de escenografía), regidores, asistentes de producción y demás ocupaciones que pueden llegar a trabajar simultáneamente en una sola presentación. Esto implica que la cancelación de una sola puesta en escena, impacta negativamente la economía de decenas de familias. Adicional a esto crea un impacto en industrias que circundan la producción teatral como ferreterías, proveedores de vestuario, utilería, mueblería, equipo técnico y hasta la industria de restaurantes
El sector de artes escénicas y de espectáculos públicos fue el primero en verse afectado a mediados del mes de marzo, tras el comienzo de los contagios por COVID-19 en la Isla. A su vez, dada la naturaleza del mismo, se espera que sea el último en poder retomar sus actividades a capacidad. Esto se da en un contexto en que la realización de presentaciones de artes escénicas en la Isla se ha visto afectada desde el empeoramiento de la crisis económica y tras los estragos dejados por el Huracán María y, más recientemente, la actividad sísmica. Como mencioné anteriormente, muchas de estas presentaciones se dan gracias al patrocinio de empresas e individuos mediante acuerdos de intercambio y auspicios. Los ingresos por concepto de venta de boletos ya habían sido impactados por las diferentes crisis que atraviesa el país, y se vislumbra que este impacto se agudice más tras la crisis provocada por el COVID-19.
Aunque la actividad teatral ya pudo retomarse al 50% de capacidad, a partir del 1 de julio, según la orden ejecutiva OE-2020-044-2, sabemos que el temor de contagios, el aumento en el desempleo y las pérdidas que han sufrido individuos y empresas en este periodo afectará esta participación, y también la facilidad de acuerdos de intercambio y auspicio para sufragar costos de producción. Las limitaciones en cuanto a la capacidad de las salas impactan la costoefectividad de los proyectos y provocarán disminución en las plantillas de trabajo, e incluso posposición o cancelación de los mismos. A esto se suman los costos que se añadirán para minimizar los riesgos de contagio, tanto para las producciones como para los espacios de representación.
Para dar algunos datos concretos, el Centro de Bellas Artes Luis A Ferré reportó que a diez días del cierre impuesto por la primera orden ejecutiva ya había tenido 30 cancelaciones. A esta misma fecha se estimaba que las pérdidas semanales para el espacio, de continuar el cierre, ascenderían a 30-35 mil dólares semanales. Aunque el espacio contaba con un fondo de emergencia de $500,000, ante el cierre prolongado que hemos experimentado, se pudiera asumir que el mismo ya está por agotarse. Este centro tiene una plantilla regular de 47 empleados a quienes se le iba asegurar sus ingresos, pero alrededor de 60 empleados por contrato quedarían desprovistos, incluyendo personal técnico.
El teatro Francisco Arriví reportó la cancelación de 36 producciones entre marzo y agosto de este año, y el Victoria Espinosa, 32 producciones en el mismo periodo. Como mencioné anteriormente, esto no solo representa pérdidas para el espacio, sino para decenas de familias de las personas involucradas en las producciones.
De primera mano experimenté la cancelación del Festival Internacional de Circo y Artes de Calle, cuyos artistas internacionales se encontraban en Puerto Rico y el cual dejó a más de 100 artistas sin los ingresos que esperaban generar durante el evento, y miles de dólares en pérdidas para la Asociación Acirc. Además, la cancelación de toda la temporada teatral de mi compañía Teatro Público, lo que dejó desprovisto a alrededor de 40 artistas y personal de producción. Así como estos casos, decenas de compañías corrieron la misma suerte.
Estrategias durante la pandemia
Tengo que reconocer el esfuerzo de diversas organizaciones que han asumido la continuidad de su misión cultural generando iniciativas durante la pandemia. Hemos visto la proliferación de contenido virtual. Excelentes aportaciones de proyectos como: Y no había luz, con un campamento virtual para la niñez; ACircTV, programa de contenido artístico y cultural que se transmite semanalmente por la Asociación ACirc; Columpio en casa, iniciativa de Columpio Colectivo con programación educativa para el sector teatral y familia; Agua, Sol y Sereno, quienes están desarrollando algunas actividades educativas en línea y compartiendo material audiovisual de la compañía; desde Teatro Público una programación virtual variada que incluye conversatorios, encuentros de escritura y talleres de teatro; el estreno virtual de piezas de teatro como El método Grönholm por Artescena y la versión radial de Lxs idiotas por Sylvia Bofill; así como las múltiples propuestas virtuales del colectivo Teatro Breve.
En fin, son muchas las maneras en que se ha abordado la crisis para mantener una entrada económica gracias a donativos, auspicios, subvenciones, y lo que se pueda captar en boletos a estas presentaciones en línea. Es importante mencionar el rol que han tenido fundaciones como Fundación Flamboyán para contribuir a la sustentabilidad de organizaciones en este sector.
Fuera de lo que es el ámbito de organizaciones sin fines de lucro y compañías ya establecidas, los trabajadores del teatro por cuenta propia han dependido de los incentivos gubernamentales dirigidos al sector de servicios profesionales o al desempleo. Es de conocimiento general que muchas de estas ayudas no se han diligenciado correctamente y que hay muchos que no han recibido nada de ingresos en este periodo.
Además, es importante destacar que estas iniciativas de creación durante la pandemia no reponen el impacto económico que ha representado el cese de las actividades presenciales y que tampoco son un sustituto de la cualidad comunitaria que tiene el teatro y su capacidad para juntar personas en un solo espacio; con los múltiples efectos positivos que representa esto para las personas.
Medidas para el sector
La sustentabilidad del sector teatral no puede estar delegado únicamente a la empresa privada, las fundaciones y los individuos. El Estado tiene la responsabilidad de viabilizar los procesos de recuperación y minimizar el impacto de la crisis sanitaria. Ha sido durante las emergencias en que este sector ha demostrado cuán necesario es para la recuperación social, psicológica y económica de las comunidades.
Con esto en mente, entiendo necesario el desarrollo de medidas que puedan atender algunas de estas necesidades e incentivar la reactivación del sector teatral.
1. Que el Gobierno de Puerto Rico establezca un fondo específico para compensar a las compañías de artes escénicas y artistas independientes por los proyectos que se vieron afectados ante el cese de la actividad económica en la Isla. Este fondo podría estar administrado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) y disponible a toda compañía de producción teatral y artista independiente, dando prioridad a aquellos que no fueron beneficiados por los fondos del CARES Act, del National Endowment for the Arts.
a. Este fondo será exclusivamente para proyectos previamente anunciados.
b. Cubriría específicamente salarios y/o contratación de servicios profesionales de la plantilla de artistas y personal técnico de la producción.
c. Cubriría los gastos de producciones canceladas o pospuestas que hubieran subido a escena entre marzo y septiembre de 2020.
2. Incrementar el presupuesto asignado al Programa de Artes Escénico-Musicales del ICP para la realización de actividades que fomenten las presentaciones de arte escénicas. Ejemplo: Festival de Teatro Puertorriqueño e Internacional, Festival de Danza, entre otros.
3. Asignar un presupuesto al Programa de Artes Escénico-Musicales del ICP para subvencionar proyectos independientes con impacto cultural. Esto para atender a compañías y artistas que no participen de los festivales o actividades que coordine directamente el Instituto.
4. Solicitar a la Oficina de la Comisión Especial Conjunta sobre Donativos Legislativos que incremente la asignación de fondos destinados a las organizaciones que presenten propuestas de proyectos de artes escénicas.
5. Crear una dispensa para que el Departamento del Trabajo vuelva a cubrir parte de los costos de contratación de artistas y personal de producción por concepto de servicios profesionales, mediante la Ley de Incentivos Salariales (Ley 52). Dicha práctica se canceló en el 2017.
6. Exención del IVU en la venta de boletos de presentaciones de artes escénicas (música, teatro y danza), hasta diciembre de 2020.
7. Acceso libre de costo a plazas públicas, parques y demás espacios al aire libre para la realización de presentaciones de artes escénicas, hasta diciembre 2021.
8. Tarifa reducida para el uso de facilidades adscritas al ICP, para la realización de presentaciones de artes escénicas (teatros, centros culturales, entre otros), hasta diciembre 2021.
9. Eximir por el costo de pautar anuncios publicitarios de presentaciones de artes escénicas en medios de comunicación de dependencias gubernamentales: WIPR, Radio Universidad, entre otros, hasta diciembre 2021.
10. Implementar como política pública que la educación en teatro y artes en general sea requisito en todos los niveles de la educación escolar.
a. Asignación de fondos del Departamento de Educación para la contratación de maestros de artes en todas las escuelas.
b. Mayor asignación de fondos para la participación de los estudiantes en presentaciones artísticas.
c. Contratación de compañías de teatro para la producción de presentaciones dirigidas a esta población en toda la Isla.
d. Alianza entre el Departamento de Educación y WIPR para la contratación de artistas para la generación de contenido educativo y cultural para todas las edades.
Algunas de estas medidas atienden de manera inmediata las pérdidas sufridas por este sector ante la cancelación o posposición de sus presentaciones. Otras pretenden servir de incentivo económico para reactivar la actividad del mismo, que ha sido parte fundamental en el desarrollo cultural del país.
Incluir las artes en la educación escolar es un vehículo comprobado para la creación y diversificación de públicos en el sector cultural. Esto generaría un futuro con mayor diversidad en la oferta y proyectos con mayor sustentabilidad.
El retorno de inversión de este sector tiene un impacto económico importante, pero debe considerarse su gran impacto social que se refleja en otros medidores como la salud emocional y física, la educación, la participación ciudadana y el sentido de comunidad. El teatro es un fin en sí mismo y a la vez un medio para el desarrollo sostenible de las comunidades y de nuestro país.
Colaboradores:
Gabriela Saker
Directora artística, Teatro Público, Inc.
Marcos Carlos Cintrón
Director, Programa de Artes Escénico-Musicales (ICP)
Maximiliano Rivas
Director administrativo, Asociación ACirc
Katherine Zoé Pérez Arroyo
Productora, Artista audiovisual
Cristina Vives
Agua, Sol y Sereno
Jackmarie Ortiz
Directora y Regidora de escena independiente
Miguel Vando
Diseñador de vestuario
José Manuel Díaz
Diseñador de escenografía
Denisse Eliza
Directora Artística, CoDa 21
Referencias:
Arte Fusión (2020) Encuesta:¿Asistirías a actividades artísticas, teatrales, musicales tan pronto se reanuden las mismas, con las medidas de precaución necesarias? Recuperado de: https://www.facebook.com/ArtefusionPuertoRico/posts/2993926927381613
CODECU (2015) Estudio sobre el ecosistema cultural de Puerto Rico. Recuperado de: https://estadisticas.pr/files/BibliotecaVirtual/estadisticas/biblioteca/267486776-CODECU-Estudio-sobre-el-ecosistema-cultural.pdf
El Vocero (2020) Duro golpe al CBA de Santurce. Recuperado de: https://www.elvocero.com/escenario/duro-golpe-al-cba-de-santurce/article_ac5116f6-6e0e-11ea-8380-fbbe610918c3.html
Inversión Cultural (2020) Informe #1 - Perfil de las ocupaciones artísticas en Puerto Rico. Recuperado de: http://www.inversioncultural.com/s/Informe-1-Perfil-de-las-ocupaciones-artisticas-en-Puerto-Rico.pdf
Jhosean Calderas, et al. (2020) Propuesta para paliar la crisis y los efectos provocados por el COVID-19 al sector teatral de Puerto Rico. Recuperado de: https://www.facebook.com/jhosean.calderas/posts/10157899416693787
Marcos Carlos Cintrón (2020) Proyectos cancelados Teatros ICP.
Teatro Público, Inc (2020) Ciclo Vivir del teatro: hablemos de nuestras condiciones laborales. Serie de 8 reuniones del sector teatral. Alrededor de 200 participantes. Información: https://www.teatropublicoinc.org/vivir-del-teatro
Teatro Público, Inc. (2020) Encuesta: Participación en presentaciones de artes escénicas. Referencia: https://docs.google.com/forms/d/1gcwELb03WRfs36oJLHa7lgZfYh2pbVwp-U42WDXNgUA/viewanalytics